Me gustaría compartir con los lectores mi experiencia con las aplicaciones para conocer gente nueva. Han pasado tres años y medio desde que me divorcié de mi mujer. Después de una larga crisis, mi mujer y yo caímos en la monotonía y el desapego. Teníamos discusiones día sí y día también y al final quienes lo terminaban pasando peor fueron nuestros niños. No se merecían ese calvario, así que cuando puse fin a la relación, me centré exclusivamente en el trabajo y en los niños, ya que conseguí la custodia compartida. Tuve una fuerte recaída los primeros meses después del divorcio, creo que no me hacía a la idea de que la llama de nuestro matrimonio se había apagado por completo.
Me sentí bastante solo. Todos mis amigos se habían terminado yendo, cada uno tenía su vida hecha, apenas nos veíamos y en mi entorno las amistades no abundaban. Necesitaba despejarme, desconectar del trabajo, tomar un café con alguien interesante y conocer gente nueva. Por eso decidí hacerme una cuenta en una plataforma para ligar. Siempre había sido reacio a este tipo de páginas. Creía que el amor verdadero no podría surgir por Internet, que los usuarios que se registraban en estas páginas sólo buscaban aventuras movidos por el interés propio. La verdad es que tenía una idea muy errónea al respecto. Hará un año y medio cuando conocí a Eva, mi pareja actual. Fui yo quien se decidió a dar el primer paso. Buscaba gente en Barcelona y vi que sus gustos y hobbies coincidían en buena medida con los míos, así que no me lo pensé dos veces y la saludé. La magia no tardó en contagiar mi pulso y no podía dejar de escribirla. Terminamos hablando todos los días y de temas muy interesantes. Estuvimos unos dos meses conectados día y noche al chat de la app para ligar. Recuerdo que salía del trabajo y lo primero que hacía era mirar el móvil, para ver si me había escrito. Nunca pensé que a través de estas aplicaciones de ligue pudiera salir una relación tan bonita como la que tengo con ella. Recuerdo como si fuera ayer el día que nos vimos por primera vez en persona. Aunque los nervios afloraron por momentos, todo salió de maravilla y la cita sirvió para reforzar mis sentimientos y lo que pensaba de ella. Desde entonces, he recuperado la ilusión y la relación que tengo con mis hijos ha mejorado. Me gustaría desde aquí hacer un llamamiento a todas aquellas personas indecisas que se sienten atrapados en su entorno familiar y laboral para que amplíen sus oportunidades haciéndose una cuenta en una página de contactos.
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